Estos doce hijos serían posteriormente reconocidos como los patriarcas de donde provienen las doce tribus de Israel entre las que Josué repartió la Tierra Prometida, la tierra de Canaán, Judea y hoy Israel tras el regreso de Egipto. De todas las tribus, la de Leví se dedicó al sacerdocio
por mandamiento divino, por lo que no se le asignó tierra. En cuanto a
José, en el reparto de las doce tribus se le dio trato de tribu a los
descendientes de sus hijos Efraín y Manasés, porque eran una tribu poderosa y podrían conquistar las tierras que les asignaba;1
es por esto por lo que a Efraín y a Manasés se les otorga tierras entre
los doce y no se menciona a alguna tribu de José. No quiere esto decir
que la parte de José fuese el doble que la de sus hermanos, porque
siendo estrictos los lotes de tierras entregados eran muy desiguales en
cuanto a su extensión geográfica, pero es indicativo de que se le
concedía una importancia mayor que a los restantes hermanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario